Programa Académico-Cultural 2023

Comparten experiencias de investigación en China

En el país asiático existen oportunidades en proyectos de ciencia y tecnología que difícilmente se obtienen en otros países.

La Sede de la UNAM y la Red de Investigadores China- España (RICE) organizaron un conversatorio con la participación de científicos hispanohablantes que trabajan en el país asiático, con el objetivo de difundir entre estudiantes y académicos de la UNAM, así como al público interesado, diversas oportunidades y experiencias de investigación en China.

“Con la organización de este conversatorio esperamos que las personas puedan considerar a China como un destino para realizar sus estudios o estancias de investigación e inclusive perseguir hasta una carrera académica”, comentó en la apertura de la actividad, Adalberto Noyola, director de la Sede de la UNAM.

En este sentido, el doctor Noyola destacó la colaboración con la RICE como una forma de impulsar los objetivos comunes para incrementar la colaboración científica de mexicanos y españoles con instituciones de China.

En representación de la RICE, Francisco Fu comentó que la idea de organizar este evento es acercarse con la comunidad latinoamericana de investigadores, ya que su red no sólo está compuesta por españoles: el 20 por ciento de sus miembros son de América Latina y el 10 por ciento de China. RICE se fundó en 2016 con el objetivo de divulgar el trabajo de los investigadores españoles en China e intercambiar experiencias para apoyarse mutuamente y fomentar el intercambio.

Francisco Fu, representante de RICE

“En los últimos años nos hemos acercado a la comunidad latinoamericana y, entre otras acciones, nos acercamos a la Sede de la UNAM, por lo que confiamos que este evento sea el primero de muchos que realicemos en conjunto”, refirió Fu. 

Patricia Güereca Hernández, investigadora del Instituto de Ingeniería (IINGEN) de la UNAM, moderó el conversatorio bajo un formato de preguntas generales, divididas en tres ejes temáticos que abarcaron aspectos de la vida cotidiana, el ambiente académico y laboral, así como consejos para realizar investigación en China.

Patricia Güereca Hernández, investigadora del Instituto de Ingeniería (IINGEN) de la UNAM

La doctora Güereca, quien también ha realizado estancias de investigación en el extranjero, dirige el grupo de Ciclo de Vida, Cambio Climático y Sostenibilidad en el IINGEN. Realizó su doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña y ha sido investigadora del Barcelona Supercomputing Center ​​en Barcelona, España. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel II y presidenta fundadora de la Red Mexicana de Análisis del Ciclo de Vida.

En un diálogo franco y abierto, en el que se abordan tanto aspectos positivos y negativos, las y los investigadores ofrecieron sus puntos de vista sobre su estancia en China.

La sesión se realizó por videconferencia en conexión remota entre México y China.

Llegar a China

El primer bloque inició con la pregunta ¿cómo llegaron a China?

Abrió la sesión David Pérez de Lara, quien además de ser presidente de la RICE, es investigador del Instituto Tecnológico de Guangdong Technion-Israel (GTIIT) en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales, y doctor en Física de la Materia Condensada por la Universidad Autónoma de Madrid (España) en colaboración con el Consejo Nacional de Investigación de Italia.  Ha sido investigador en ESTEC – Agencia Espacial Europea (ESA) en Noordwijk (Países Bajos), y obtuvo la distinción de Investigador Distinguido del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España y la Agencia Estatal de Investigación.

Sus intereses de investigación y contribuciones se centran principalmente en la ciencia e ingeniería de materiales, física de la materia condensada, superconductividad, materiales bidimensionales y dispositivos optoelectrónicos.

David Pérez de Lara, presidente de la RICE, es investigador del Instituto Tecnológico de Guangdong Technion-Israel (GTIIT).

En su opinión, China es aún un mundo desconocido, no obstante que ya representa el primer lugar en publicaciones y contribuciones científicas a nivel mundial. Llegó a China como parte de las colaboraciones que mantenía con colegas chinos, quienes le permitieron descubrir diversas oportunidades para realizar investigación científica, las cuales son difíciles de conseguir en otras partes del mundo, como en Estados Unidos y Europa, sobre todo en financiación de proyectos.

“China es un mundo complejo porque tiene muchas peculiaridades a las que no estamos acostumbrados. Entre hispanohablantes, mediante el vínculo común que es la lengua, nos damos cuenta de cómo nos parecemos cuando estamos en China, respecto a las singularidades del sistema chino. Representa un desafío, pero es muy estimulante por todas las oportunidades que existen en todos los niveles, incluidos los jóvenes investigadores”, comentó Lara.

“Existe una potencialidad de colaboración entre academia e industria del sector privado. Es un sistema que parece muy cerrado para los extranjeros, pero por otra parte abre muchas puertas por ser extranjero, si ellos consideran que se aporta talento y conocimiento. Son dos vertientes que hay que saber manejar para desarrollar una carrera científica en China”, abundó.

Liliana Romero Reséndiz, doctora en Ciencia e Ingeniería de Materiales bajo un proyecto codirigido entre la UNAM y la Universidad Politécnica de Valencia, España, fue becaria postdoctoral en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Universidad de la Ciudad de Hong Kong. Es profesora asistente en la Facultad de Química de la UNAM y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Su interés de investigación incluye el estudio de la relación procesamiento-microestructura-propiedades de aleaciones heteroestructuradas y nanoestructuradas con desempeño estructural avanzado. También desarrolla biomateriales escalables y de bajo costo para aplicaciones de implantes antimicrobianos y biomédicos.

Liliana Romero Reséndiz, doctora en Ciencia e Ingeniería de Materiales bajo un proyecto codirigido entre la UNAM y la Universidad Politécnica de Valencia, España.

En su caso, su estancia en China fue circunstancial, ya que ella buscaba trabajar con un profesor que se encontraba en Estados Unidos, al cual admira por su trayectoria en el campo de la metalurgia. Contactó al profesor durante la pandemia, en 2020, cuando él se mudó a Hong Kong.

“Un mes después de que el profesor aceptó que trabajara con él, yo me encontraba en México. Él me comentó que era bienvenida en su grupo de trabajo pero que ya no trabajaría en Estados Unidos, ahora estaría en Hong Kong”.

Por ello, venir a China no fue algo que Reséndiz buscó desde el inicio, pero le llamó su atención el tener la posibilidad de conocer una cultura diferente.

“La cultura china es muy diferente de la cultura latinoamericana, pero vale la pena conocerla porque hay mucho que aprender, como la disciplina, el orden, el cuidado del medio ambiente y el preocuparse por la sociedad, no sólo en lo personal”.

“Hong Kong tiene uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo y es una ciudad muy segura. Yo salía de trabajar entre doce y una de la madrugada, me iba caminando a casa y nunca tuve ningún problema”, comentó.

Alberto Conejo Nava es profesor en el Departamento de Metalurgia de la University of Science and Technology Beijing (USTB) desde septiembre de 2018. También fue profesor de Metalurgia en el Instituto Tecnológico de Morelia (ITM) y consultor en la industria del acero en México por más de 30 años. Se especializa en el uso de herramientas de ingeniería para optimizar procesos metalúrgicos, en particular el proceso denominado horno eléctrico de arco, que inciden en una reducción del consumo de energía.

Alberto Conejo Nava es profesor en el Departamento de Metalurgia de la University of Science and Technology Beijing (USTB)

En 2021, el doctor Nava recibió el Premio a la Amistad del Gobierno Chino concedido a expertos extranjeros que han realizado contribuciones académicas sobresalientes, convirtiéndose en el primer mexicano en recibir esta distinción. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores en México, nivel II.

Para Conejo Nava llegar a China también fue circunstancial, ya que no tenía planes de venir al país. Sin embargo, tras un desgaste en México por diversos factores en los grupos de trabajo en los que se desempeñaba, en donde ya no veía crecimiento profesional, decidió buscar otro ambiente académico.

En este contexto, recibió la invitación para integrarse como profesor en la USTB. Su experiencia ha sido positiva. “Es algo de lo que estoy satisfecho, por eso recomiendo a los jóvenes y a mis familiares les insisto en que vengan a China. China tiene un crecimiento en todas las áreas: científica y tecnológica; tiene enormes inversiones en estos sectores.

Refirió que en el año 2017, el gasto a nivel mundial en ciencia y tecnología fue de 2.7 trillones de dólares, de los cuales, Estados Unidos y China contribuyeron con casi la mitad, con el 25 y 23 por ciento, respectivamente. Sin embargo, en términos del crecimiento anual en la inversión en investigación, Estados Unidos registró un 4.3 por ciento, mientras que China creció en 17 por ciento.

“Esto nos habla de un crecimiento acelerado en todos los órdenes y es una de las cosas que maravilla de China. Yo llegué en el 2014, dejé de venir un año y cuando regresé, ya no reconocía al país. Son cambios extraordinarios tanto en lo social como en lo económico. Es positivo porque se registra un crecimiento económico sustancial y esto se da en paralelo con el crecimiento de la industria del acero”.

En este sentido consideró que China tiene mucho que ofrecer. Como ejemplo mencionó que la USTB ya desplazó al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como la universidad número uno del mundo en el campo de la metalurgia.

Daniela Herrera-Balandrano es profesora Asociada en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Nantong, China. Estudió su doctorado en Ciencias de Alimentos por la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Fue investigadora visitante en la Universidad de Manitoba, Canadá y también realizó un postdoctorado en la Academia de Ciencias Agrícolas de Jiangsu, en Nanjing,  China (2019-2021).  Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel I.

Sus intereses de investigación incluyen la extracción y caracterización de compuestos bioactivos de alimentos vegetales y su aplicación en la investigación biológica postcosecha de cultivos hortícolas, incluidas frutas, hortalizas y semillas.

Originalmente no tenía pensado venir a China. Todo comenzó durante su estancia en Canadá, cuando conoció a investigadores chinos durante un taller, en el que también conoció a la doctora con la que posteriormente realizaría su posdoctorado en Nanjing.

“Cuando terminé mi doctorado en México, colegas de Canadá me dijeron que había la oportunidad de realizar un posdoctorado en China. Me pregunté el por qué nadie se animaba. Pensé que podía ser una buena opción ya que era sólo un año. Investigué lo que todos ya sabemos de China, que es un gigante en cuanto a investigación y tecnología. Ya en la entrevista para el posdoctorado descubrí que eran dos años de estancia y no uno, pero nos daban departamento, alimentos y los recursos para desarrollar la investigación, lo cual es muy importante para nosotros como investigadores”.

Así fue como Daniela decidió venir a China.

El ambiente académico y laboral

En el segundo bloque la doctora Güereca preguntó a los participantes ¿cómo es el ambiente académico y laboral de China?

Liliana Reséndiz inició su intervención dividiendo los puntos en pro y en contra de la experiencia de trabajar y vivir en China.

Entre los aspectos positivos observó que el caso de Hong Kong es diferente en tanto su administración y aspectos culturales diferenciados de la parte continental de China. La principal ventaja de Hong Kong es el idioma, ya que todo se maneja en inglés, inclusive los aspectos de la vida cotidiana, no obstante que la lengua nativa de los locales es el cantonés.

En las universidades aún con mayor razón se utiliza el inglés como la lengua de trabajo. Las propuestas de investigación y el idioma oficial de las universidades son el inglés. Por ello en Hong Kong no se necesita hablar chino para desempeñarse en lo profesional y en aspectos cotidianos.

En aspectos culturales, las personas son muy respetuosas y disciplinadas. “En cuanto al ambiente de investigación, el financiamiento es excelente, nunca faltan ni materiales ni equipos. También existen amplios apoyos para publicaciones y para desarrollar y registrar patentes. Yo tengo una patente que está en proceso de registro y la universidad se encargó de pagar el 100 por ciento del proceso en Estados Unidos y en China”.

También hay financiamientos para congresos y aplicar para obtener recursos no es complicado, en comparación con lo que ocurre en México. 

“Los trámites burocráticos son muy ágiles y generalmente se contrata a una persona para que se encargue de ello, lo que alivia la carga de trabajo del investigador. Si bien es cierto que las becas posdoctorales son bastante competitivas, existen diversas opciones para aplicar directamente con el gobierno o mediante las universidades”.

Recomendó ir directamente a las universidades, las cuales tienen un gran reconocimiento internacional. También se puede aplicar para una beca directamente con el profesor, ya que los investigadores tienen financiamiento para recibir a estudiantes. Están abiertos a recibir colaboraciones porque existe un interés para atraer talentos extranjeros, ya que se preocupan por obtener puntos en los rankings internacionales.

Dentro de los puntos negativos, explicó que las contrataciones están basadas en el factor de impacto y no tanto en las habilidades comunicativas. “Las clases no son tan buenas porque los investigadores sólo se centran en investigar y publicar, no tanto en impartir docencia, lo cual puede ser algo negativo.  La competencia es muy fuerte y en ocasiones se registran actitudes desleales debido a las presiones”.

Alberto Conejo coincidió en que el ambiente de trabajo es altamente competitivo. Lo atribuyó a que la población china es muy grande, por lo que existe presión en todos los ámbitos desde la niñez. Los niños están bajo presión para aprender lecciones extracurriculares. Además de que en China los jóvenes deben presentar un examen de admisión para la universidad y no existen opciones de escoger dónde quieren estudiar, sino que todo está en función de su desempeño en dicho examen. El alto nivel de competencia se refleja en las universidades.

El lado positivo es que para los académicos existe un bono de productividad, un apoyo económico anual. “Al menos donde yo estoy, el ambiente de trabajo es muy agradable”.

Mencionó que entre los estudiantes existe un respeto al profesor, lo que forma parte de la cultura china, algo que en México él no veía. “En China tú marcas la pauta y los estudiantes la siguen y las cosas fluyen. Existe una libertad para los académicos; puedo decidir trabajar en casa, esto existía antes de la pandemia. Al final el profesor es evaluado en función de sus resultados de investigación y ahí es donde se mide el rendimiento”. Conejo Nava equipó este sistema como el del CINVESTAV de México, en el que los profesores compiten y se les otorga libertad para desarrollar su trabajo.

“El lado negativo de la competitividad es que se conforman grupos de investigadores que suelen cerrarse. Si uno pertenece a un grupo se ofrecen todas las condiciones para trabajar y de forma interna existe una colaboración muy fuerte, pero dentro de la misma universidad existe una gran competencia, lo que limita las oportunidades de trabajar con otros grupos de investigadores, porque los diversos grupos de trabajo compiten entre sí. No obstante, sí se promueve el colaborar con otros grupos de otras universidades o del extranjero”.

Daniela Herrera-Baldrano comentó que en su caso el ambiente de trabajo es positivo y también muy competitivo. La rotación del personal es muy baja, ya que los directivos se preocupan porque los investigadores cumplan sus objetivos, y al mismo tiempo existe una alta productividad.

“La competencia se mide por quién publica más, cuántas clases tienen, cuántas patentes se han registrado. Esto es algo del día a día que se aborda en las reuniones de trabajo.  Lo positivo de esto, como lo refirió el doctor Conejo, es que existe un bono académico por año donde esta competencia y el trabajo duro lo pagan”.

“Aunque he estado casi cuatro años en China, no habló el idioma, sólo lo básico. Con mi grupo de investigación nos comunicamos en inglés. Quizás con directivos de otras universidades que no hablan inglés y como yo no hablo chino, pues no hay mucha comunicación. Si bien la comunicación puede ser difícil, todo se soluciona con el celular, con Wechat, que es como Whatsapp y todo se puede traducir con la aplicación.  No hay nada que no se solucione con el celular”.

“El 90% de las convocatorias para conseguir fondos para investigación están en chino y el 10% en inglés, por lo menos en la universidad donde trabajo. Pero por otro lado, cuando comencé a trabajar me dieron recursos para mi investigación, por lo que no fue necesario tratar de conseguir fondos”.

Sus estudiantes de posgrado y licenciatura en general no hablan inglés. “Cuando comenzamos a trabajar me sorprendió que a lo largo de los meses aprendieron el idioma. Siempre son muy atentos y buscan aprender más”.

David Pérez de Lara coincidió en que existe una gran diferencia entre el ambiente de trabajo en Hong Kong y en la parte continental de China. La interacción lleva un tiempo, pero se consigue.

“No es un hándicap no hablar chino. Es una dificultad, pero se puede encontrar siempre a alguien que habla inglés y siempre existe un modo de comunicarse a través de las aplicaciones”.

Coincidió en que los alumnos en un principio parece que no hablan nada de inglés pero poco a poco se comunican en esta lengua y lo mismo ocurre con los colegas. Por lo cual el idioma no es una barrera.

De Lara comentó que las condiciones en China para realizar investigación son excepcionales y se pueden acordar las condiciones para desarrollar los proyectos.

“A mí lo que me ha sorprendido es que en China puedes conseguir absolutamente todo, tanto a nivel personal como profesional. En mi caso vine con mi familia y he tenido que ver en mi contrato aspectos como la escuela para mis hijos, la casa. Todos estos temas simplifican la vida para el investigador. Claro que existen dificultades, como cualquier otro país donde no conocemos la lengua, además cuando es una cultura tan distinta, y modos de comportamiento distintos, que en algunos casos no vemos la lógica pero es cuestión de aprender. Se debe tener la mentalidad de entender que es otro mundo, que no conozco. No sé cómo son las interacciones por lo que se debe tener una predisposición de apertura. Ellos también quieren aprender de ti. Somos muy distintos por lo que intentan comprendernos. Depende mucho de en qué parte de China se encuentran las personas, en qué región, en qué universidad y el nivel de internacionalización”.

Los estudiantes valoran y les atrae la parte extranjera. Con los colegas existe de todo, personas con las que se puede colaborar y quienes te ven como una amenaza. Todos tienen muy claro el concepto de competitividad, pero la experiencia es muy satisfactoria.

Resumen de razones para estar en China:

  • Líder en producción científica a nivel mundial
  • Oportunidades para extranjeros de realizar investigación
  • Disponibilidad de financiamiento
  • Salarios competitivos
  • Apoyos para manutención
  • Alto nivel de inversión en investigación en ciencia y tecnología
  • Colaboración entre academia e industria
  • Conocer otra cultura

 Aspectos familiares y personales

En el tercer bloque, la Dra. Güereca preguntó a los participantes sobre cómo ha sido la experiencia de adaptación tanto personal como familiar en China.

Alberto Conejo Nava consideró que así como antes se hablaba del “sueño americano”, ahora se habla  del “sueño chino”, sobre todo para los jóvenes.

“A mis familiares les invito a que traten de aprender chino y es una de las recomendaciones que haría para quienes quieran venir a China. Si bien es cierto que el idioma de trabajo es el inglés, como es en mi caso, pero si queremos entender la cultura china y su gente, hablar chino es importante”.

“Si bien es cierto que no es problema no hablar chino, ya que uno puede realizar su vida cotidiana con la ayuda de aplicaciones con el teléfono. Como en cualquier país hay aspectos positivos y negativos, pero hay que venir a China con una disponibilidad para entenderlos, no que ellos nos entiendan como extranjeros. Los chinos son muy amables, lo que te hace sentir bien. No he sentido racismo, aunque se pueden dar casos, al igual que ocurre en México, pero en general el trato es amable”.

Dijo que existen grupos de Wechat para quienes quieran llevar una vida social, según los intereses de cada persona y es como él se integra para realizar sus pasatiempos.

Daniela Herrera-Balandrano comentó que ella aún sigue en el proceso de adaptación. “En China siempre hay cambios, inclusive en las construcciones, puedes pasar por una avenida y en dos semanas ves un nuevo edificio. En lo personal aún no me acostumbro a la comida. El idioma es otro tema. Yo soy una persona muy independiente y para hacer cosas básicas como ir al banco, al hospital o al supermercado, en China son más complicadas porque tengo que utilizar el celular para comunicarme, por lo menos es mi experiencia en la ciudad en la que vivo.  Pero si voy a Shanghái no hay problema porque la mayoría de la gente habla inglés”.

Daniela agregó que ella llegó a China a finales del 2019, comenzaba a explorar el país cuando se dio la pandemia por lo que no tuvo la oportunidad de conocer cómo era antes del Covid.

“Mucha gente habla de China como una maravilla, pero venir aquí es otra historia”.

Reconoció que si bien en lo personal tiene problemas para adaptarse a la comida, también es cierto que la comida china tiene muchos platillos y de todo tipo. Reiteró que existen excelentes oportunidades de crecimiento profesional, por lo que recomendó realizar investigación en China, además de que la vida es muy accesible. Todo se puede comprar en línea y existen oportunidades de viajar al interior del país, ya que es barato. También mencionó que China es muy segura.  Ella puede caminar en las noches sin sentirse preocupada.

Dentro de las desventajas, mencionó la enorme carga de trabajo, incluso los fines de semana, y las restricciones por la pandemia, que ahora ya se levantaron, lo que es una buena noticia.

Refirió que se debe tomar en cuenta que existen restricciones en el internet ya que no se puede ingresar a los sitios como Facebook, YouTube, Whatsapp, Google, al menos que adquieran un programa especial llamado VPN (Red Privada Virtual) para evitar el bloqueo, aunque hay ocasiones en que no funciona.

David Pérez de Lara comentó que él vino con su familia, por lo que ha intentado entender el sistema chino para la escuela de sus hijos, tanto en colegios chinos como internacionales.

También refirió que algunas cosas de la vida cotidiana pueden ser difíciles si no se habla la lengua. Hablar chino simplifica todo, pero eso lleva tiempo. “Debes aprender a utilizar las herramientas que utilizan en las aplicaciones para realizar tus actividades con las cuales se simplifica”.

“A veces te puedes sentir un poco aislado o solo, dependiendo en qué ciudad estés, si el contexto es completamente chino. Pero cuando estás con la familia cambia la situación”.

“Es complicado cuando estás acostumbrado a ser independiente y autónomo pero en China necesitas a alguien que te ayude para hacer alguna gestión burocrática cuando no dominas el idioma, ya que los funcionarios no hablan inglés”.

También mencionó que vivir en China es muy seguro y eso cuenta cuando se está con familia. Coincidió en que es un ambiente en cambio constante con una vida vertiginosa. “China tiene una capacidad de cambio espectacular. Nunca he visto un país que crezca tan rápidamente y en tampoco tiempo, y es casi exponencial, al menos lo que he percibido en los últimos diez años. Es un desafío, pero es interesante”.

Liliana Romero Reséndiz mencionó que en Hong Kong el transporte es muy eficiente y barato. Además que los salarios son altos, lo que le dio la oportunidad de ahorrar hasta un 60% de sus ingresos mensuales y los gastos por alimentos son bajos. Las universidades cuentan con comedores para estudiantes y profesores.

Sobre la ciudad, comentó que Hong  Kong puede conjuntar paisajes naturales y urbanos y modernos en espacios pequeños. Como la ciudad es pequeña, uno puede desplazarse de forma fácil a cualquier punto.  También dijo que la población de extranjeros es alta por lo que existe una gran diversidad.

Lo que le resultó complicado en su estancia fue la falta de tiempo libre, ya que prácticamente todo era trabajo, su grupo de investigación trabajaba de lunes a domingo. “Llegaba a la universidad todos los días entre 09:00 y 09:30 de la mañana y salía entre 12:00 y 1:00 de la madrugada.” No obstante, aclaró que esto depende del área o el campo en el que un investigador se desempeña, ya que colegas en otras áreas tenían tiempo libre.

En el trato con las personas recomendó evitar tratar temas de política y aspectos personales ya que pueden ser asuntos sensibles para los locales.

Consejos para realizar estancias en China

En el último bloque los participantes ofrecieron consejos a la comunidad estudiantil y de investigadores que desean venir a China, entre los que se encuentran:

  • Contactar directamente al investigador o universidad con la que se busca realizar alguna colaboración o aplicar para alguna beca.
  • Si bien no es necesario hablar chino para trabajar y para llevar la vida cotidiana, sí es recomendable estudiar el idioma o tener un conocimiento básico.
  • Las aplicaciones móviles son utilizadas para realizar todos los aspectos de la vida cotidiana, desde comunicarse hasta realizar pagos, ya que la gente utiliza poco el dinero en efectivo.
  • Contratar un servicio de VPN para acceder a los sitios de internet fuera de China, ya que éstos están restringidos.
  • En los contratos de investigadores se puede negociar la inclusión de la vivienda y el apoyo en alimentos. La vivienda puede ser dentro de la universidad o bien se da un apoyo económico para rentar. No obstante, en algunas zonas de China las rentas pueden ser muy elevadas.
  • En China todo se puede negociar, pero depende del nivel de formación, si es un estudiante de posgrado o un investigador consolidado.
  • China tiene un sistema político particular, por lo que se recomienda evitar hablar de temas sensibles.
  • Si bien no todas las personas se pueden adaptar a la comida china, también existe una gran variedad de alimentos y formas de preparación.

Más allá de los retos de adaptación, los investigadores recomendaron realizar estancias en China, ya que pueden encontrar oportunidades que difícilmente se obtienen en otros países.

Sitios de interés

Programa de Becas del Gobierno de la República Popular China Año 2023 – 2024

Red de Investigadores China-España (RICE)

National Natural Science Foundation of China

 

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