La Sede de la UNAM en China y la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing (BFSU, por sus siglas en inglés) organizaron la conferencia El Galeón de Manila, impartida por Cuauhtémoc Villamar, historiador y especialista en el tema.
En la conferencia, que reunió a profesores y alumnos de BFSU, Villamar habló mediante videoconferencia conectado desde Tailandia, sobre la importancia del sistema del Galeón de Manila en el proceso de globalización desde el siglo XVI, para establecer una relación comercial y cultural a través del Océano Pacífico.

Cuauhtémoc Villamar es economista por la UNAM. Obtuvo su maestría en Políticas Públicas y el doctorado en Historia, ambos por la Universidad Nacional de Singapur (NUS). Por más de tres décadas fue diplomático, especializado en temas de Asia; ocupó cargos en las embajadas en China, Singapur, Tailandia y Canadá. En China estuvo en dos ocasiones como Jefe de Cancillería (de 1989 a 1993 y de 2012 a 2015). Actualmente es investigador independiente en los temas de Asia Pacífico. Su más reciente libro: Portuguese Merchants in the Manila Galleon System: 1565-1600. Desde el 2009 publica el blog La Nao Va, sobre la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.
En el marco de su conferencia conversamos con el doctor Villamar sobre la importancia de El Galeón de Manila en los intercambios transpacíficos, como el inicio de la primera globalización.
A continuación les presentamos la entrevista.

Galeón de Manila o Nao de China ¿Por qué se identifica con dos nombres?
De hecho, el Galeón tuvo tres designaciones. Desde el ángulo americano se le designaba como Galeón de Manila porque ese era el puerto de salida rumbo a la Nueva España. Sin embargo, la población en México y Sudamérica lo identificaba como un navío cargado de mercancía de “la China”. Esto último es una generalización de todos los productos asiáticos, sin distinguir si eran de China, Filipinas, Japón o India, entre otros. En esa lógica, en Manila se esperaba cada año la llegada del Galeón de Acapulco, así que tenía tres nombres.
De esta forma, a todo lo que venía de Asia se le llamaba chino, desde objetos hasta personas. Es importante resaltar que esa designación no era despectiva e incluso algunos géneros eran tan apreciados, como la seda y la porcelana, que constituía un motivo de orgullo decir que se tenía un producto de China.
¿Qué representó esta ruta marítima para los encuentros transpacíficos de la época?
En la historiografía sobre el Pacífico se ha dejado atrás la idea que proviene desde la era virreinal en el sentido de que Filipinas era supuestamente una “colonia” de México. Esa historia fue escrita sobre todo por misioneros e historiadores coloniales que nutrieron de información varios aspectos de la evangelización de los pueblos del archipiélago filipino. Ya en la segunda mitad el siglo XX se avanzó en el estudio académico de la ruta del galeón, de su carga y del impacto económico que tuvo en la Nueva España. [Ahí fueron fundamentales los trabajos de Ernesto de la Torre Villar, Luis Muro, Ignacio Rubio Mañé y Carmen Yuste, entre otros. En España se realizaron también importantes estudios sobre el Pacífico desde los años setenta.]
En mi opinión, el contacto cultural entre multitud de pueblos en Asia y en América es uno de los pilares de las sociedades contemporáneas, que se puede apreciar en los bienes materiales que aún podemos disfrutar en los museos, los ingredientes de las cocinas a ambos lados del Pacífico, costumbres y ceremonias que son afines a nuestros pueblos. Se puede estudiar desde una perspectiva económica y se han hecho excelentes estudios sobre la circulación de plata mexicana y peruana en Asia y en el mundo, o los intercambios en la navegación, en la alimentación y en la salud, pero todo confluye en el terreno cultural que es de muy larga duración.
¿Por qué se considera que el Galeón de Manila dio inició a la primera globalización?
Precisamente, los intercambios que acabo de mencionar son testimonio del primer acercamiento continuo y decidido de poblaciones de tres continentes, Europa, América y Asia. Los europeos, sobre todo los portugueses, conocían el Este y el Sudeste de Asia desde principios del siglo XVI, pero con la fundación de Manila en 1571 comenzó el comercio formal entre la capital filipina y Acapulco. Este intercambio se mantuvo vigente por casi 250 años. La voluntad para mantener ese contacto residía en el poder imperial Habsburgo que era dominante en Europa y sobre todo en España y en América, hasta el final siglo XVII.
En ese largo tiempo sucedieron grandes acontecimientos: la etapa virreinal en México y en Perú; el fin de las dinastías Ming en 1644 y el establecimiento de la dinastía Qing. Japón se cerró al mundo a principios del siglo XVII y los pueblos del Sudeste de Asia e India sufrieron el embate de los poderes coloniales inglés, holandés, francés y alemán.
¿Qué papel jugó México, en ese tiempo la Nueva España, como punto estratégico de conexión marítima?
México tenía un papel regulador del comercio pues ponía en contacto a las flotas del Atlántico con el Galeón de Manila. En la Ciudad de México existía un mercado permanente, ni más ni menos que en el Zócalo, llamado El Parián, adonde se vendían las mercancías provenientes de Asia. Desde un inicio de la ocupación de Filipinas, México fue la veta principal de misioneros con rumbo a Asia. En el aspecto administrativo el complejo sistema fiscal y financiero correspondía a México, pues de los impuestos del Galeón de Manila se pagaba un situado anual a Filipinas. En el terreno militar, las guarniciones en el archipiélago asiático se nutrían de soldados de leva reclutados en México. Una de las penas más drásticas para prisioneros mexicanos era ser enviados al exilio en Filipinas.
En la perspectiva del imperio español el comercio y sobre todo la presencia política, militar y religiosa en Filipinas garantizaba el dominio sobre el Océano Pacífico en ambas orillas. Ese poder se vio continuamente acosado por la piratería de origen holandés e inglés, pero se mantuvo el control hasta la independencia de las colonias americanas. De hecho, el último galeón que zarpó de Acapulco a Filipinas fue el San Fernando de Magallanes, en 1815, durante la guerra de Independencia de México.

México tenía un papel regulador del comercio pues ponía en contacto a las flotas del Atlántico con el Galeón de Manila. En la Ciudad de México existía un mercado permanente, ni más ni menos que en el Zócalo, llamado El Parián, adonde se vendían las mercancías provenientes de Asia.
¿Cuáles eran las principales mercancías que se comerciaban en el Galeón?
Españoles y portugueses llegaron a Asia en busca de especias, pero en Filipinas había pocas y no de buena calidad. En las últimas décadas del siglo XVI, primeras del sistema del Galeón, el comercio se limitaba a los productos necesarios para mantener a los colonizadores europeos, alimentos y herramientas, así como aparejos para los navíos, desde cuerdas, velámenes, cera, azufre para fabricar pólvora, entre otros. Sin embargo, la presencia de comerciantes chinos, siameses, malayos que llegaban independientemente a Filipinas amplió la oferta a infinidad de productos manufacturados, telas de algodón, sedas, porcelanas, lacas, susceptibles de ser transportadas en el largo trayecto a América. El mayor atractivo era la plata que comerciantes, misioneros y soldados españoles y muchos mexicanos llevaban al archipiélago.
Es sorprendente la capacidad de los comerciantes de orígenes diversos para descubrir nuevas variedades de productos que podían ser atractivos en otras partes del mundo. Compradores en México o en Lima solicitaban novedades y pagaban por productos especiales. El clero era un comprador importante de productos asiáticos. Adquiría desde figuras talladas en marfil para vestirlas y colocarlas en los altares hasta canceles metálicos como la reja de la Catedral de la Ciudad México.
¿Qué representó la plata de México como circulante para las transacciones en la economía y comercio en China?
Desde los años setenta del siglo pasado, el trabajo de varios economistas permitió comprender la complejidad del mecanismo financiero comercial de la ruta del Galeón. Se ha llegado a decir que la fundación de Manila fue el detonante de la primera globalización de la economía mundial.
Por varias décadas en la última etapa de la dinastía Ming hubo cambios fiscales importantes en la recaudación de impuestos en plata y esto tuvo un gran impacto en el comercio chino. Originalmente, la plata era abastecida principalmente por Japón, pero con la llegada de los españoles a Filipinas aumentó el suministro de ese metal proveniente de las minas del Perú y de la Nueva España. La Corona española intentó imponer un tope a la exportación de plata, pero siempre hubo contrabando del metal por la ruta del Pacífico.
Siglos después el peso de plata, acuñado en México, tuvo una gran aceptación en toda Asia y es posible encontrar ejemplos de esas monedas con pequeños cuños (chops) hechos por autoridades y comerciantes chinos.
[A partir de la ocupación de Manila, los comerciantes notaron la diferencia de precios entre el oro y la plata, un fenómeno que se llama arbitraje. De hecho, se enviaba plata y se adquiría oro por el excelente “tipo de cambio” en forma de “tael” chino o en lingote.]
Los comerciantes aún no eran conscientes de la enorme variedad de productos que China y otras naciones podían ofrecer.
¿Cuál fue el motivo de la desaparición de la ruta del Galeón?
El sistema del Galeón sufrió en el largo plazo un declive debido a la apertura del comercio en la ruta del mar Índico y bordeando África, también se vio afectado por la competencia del comercio holandés y sobre todo inglés. No tanto la piratería sino la participación monopólica de esas potencias en el mercado asiático. Se intentaron varias reformas administrativas, sobre todo durante el régimen Borbón. Sin embargo, el golpe final fue la guerra de Independencia de México, que duró de 1810 a 1821.
